Viktor Frankl (1905 – 1997) fue un neurólogo y psiquiatra austriaco, fundador de la logoterapia. Sobrevivió desde 1942 hasta 1945 en varios campos de concentración nazis, incluidos Auschwitz y Dachao. A partir de esa experiencia, escribió el libro El hombre en busca de sentido, considerado uno de los diez libros más influyentes del siglo XX.
Algunos de los principios fundamentales la obra de Frankl que nos pueden ayudar a reflexionar:
- “La libertad de escoger nuestra actitud ante lo que nos sucede”.
La actitud como predisposición que nos impulsa a actuar o a frenar nuestras acciones suele ser más importante que el estímulo que nos provoca.
- “Cristalizar nuestros valores en compromisos y conductas concretas”
No es suficiente con tener valores, debemos concretarlos en forma de conducta y, si cabe, de pequeñas tradiciones, hábitos y costumbres que nos ayuden a crear un espacio de convivencia con nuestro entorno más próximo y con nuestra sociedad más amplia. Tener valores es inevitable, conocerlos supone un cierto esfuerzo de reflexión, pero saberlos traducir a conductas es un mérito que no todo el mundo consigue obtener.
- “Toda acción tiene la semilla del sentido”
Y es que es el sentido lo que otorga valor. Actuar es necesario y, posiblemente bueno. Actuar sin sentido es absurdo y tener sentido y no actuar es inútil sin embargo, ¡cuánta absurdidad y cuánto sentimiento de impotencia observamos en las organizaciones!
- “Para encontrar el sentido debe desaparecer el victimismo”
La tendencia a creer que lo que no conseguimos es por culpa de las circunstancias es universal. Necesitamos perdonar nuestros errores, nuestras acciones y nuestras renuncias, ignorando que lo que no conseguimos es la acumulación de pequeñas lagunas en nuestras capacidades, ligeros esfuerzos no realizados y algo de azar o de circunstancia que no obliga. Somos actores y provocadores de las realidades que vivimos y debemos y podemos luchar por ellas.
- “La distancia y el humor como base de observación”
Probablemente, existe demasiada dramatización y excesivo dramatismo en nuestra vida laboral. El humor, en tanto que capacidad para tomar distancia de lo inmediato, de relativizar las situaciones, recomponer los juicios de valor y revisar los impactos, permite un nivel de conciencia que nos aproxima más a los significados reales que a las emociones inmediatas.
- “Desplazar el centro de atención hacia los aspectos positivos”. “No convertir en molestias las catástrofes y convertir las catástrofes en molestias”.
Quizás no es tan simple, pero aprender a relativizar las propias dificultades y circunstancias y promover una actitud positiva siempre ayuda a superar los momentos difíciles.
- “Mirar de traspasar los límites y hacer una aportación al mundo”.
La frontera entre lo posible y lo imposible es estrictamente mental, dice Michel Blanc, y convertir en posible lo imposible es el primer paso para realizar una aportación al mundo. El orgullo por lo conseguido, si tiene realmente sentido, es muy positivo, pero primero hay que conseguirlo.
Ojalá este breve blog estimule la lectura de un libro maravilloso “El hombre en busca de sentido”.