La Empresa 3.0 o empresa de base ética.

Nuestras sociedades deben proveerse de sistemas que velen por el bienestar de la mayoría y por formas equilibradas de luchar contra niveles de desigualdad elevados y contra el deterioro del planeta. Sin embargo, es una constante que miremos a las administraciones públicas cada vez que pensemos en esos retos, como si los mismos fueran solo cosa de los Estados y no de toda la ciudadanía.

Por descontado, los Estados deben jugar su papel, como representantes de los ciudadanos, en hacer frente a esos retos, pero todos los actores económicos tienen una clara responsabilidad ante los mismos. No podemos externalizar toda la responsabilidad en las administraciones y nosotros seguir haciendo lo mismo de siempre tan ricamente.  Cuanto más proactivo sea el papel de los ciudadanos y de todos los actores económicos en crear una sociedad mejor, menor tendrá que ser el papel del Estado. Si no se generaran externalidades, no tendríamos que buscar mecanismos de compensarlas.

También las empresas, como actores económicos destacados, tienen una responsabilidad que deben asumir. Por ello las empresa deben promover una mutación que las lleve a adoptar el paradigma de Empresas 3.0 o empresas “for benefit”. Definimos la Empresa 3.0, como aquella compañía con ánimo de lucro pero con una sólida misión que está en el centro de su modelo de negocio y que prioriza, tanto desde los productos y servicios que ofrece la compañía, como desde la forma en que lo hace, la búsqueda de la prosperidad compartida, el desarrollo de la igualdad de oportunidades y el equilibrio ecológico.

Ese tipo de compañías tienen una clara orientación a satisfacer equilibradamente a todos los grupos de interés (stakeholders) y no solo a los accionistas (shareholders). Para ellas, la obtención de beneficio y de valor para el accionista no es un objetivo per se sino que es la consecuencia de hacer lo correcto y de hacerlo de forma profesional y eficiente.

A muchos lectores puede parecerles una quimera que hayan empresas de este tipo, que aboguemos desde aquí por ese paradigma o incluso que ese enfoque empresarial sea sensato y rentable, pero los aseguro que las hay, y cada vez en mayor número. Ese enfoque no solo es el más sensato sino que es el único sensato y que nos permitirá profundizar en la humanización del capitalismo que nos domina. Y no puedo olvidarme de mencionar algo relevante: existen crecientes evidencias sobre la mejor solvencia y rentabilidad de las Empresas 3.0.

Empresas dentro del movimiento B Corp (https://bcorporation.net), o los bancos de la Alianza Global para una Banca con Valores (www.gabv.org), son claros ejemplos de ese paradigma.

En próximos artículos profundizaremos en los modelos de gobernanza, los sistemas de toma de decisiones o la gestión de la cadena de valor de ese tipo de compañías, pero en el ínterin vaya por delante un claro mensaje: es perfectamente posible y compatible, hacer empresa, crear valor y ser rentable, priorizando una claro compromiso con la sociedad y unos sólidos valores éticos.

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