Actualmente, la economía española es más productiva y, sin embargo, no ha recuperado las tasas de empleo antes de la crisis.
El principal reto de nuestra Sociedad, es reducir el desempleo y el empleo temporal, crear empleos de calidad, estables y productivos, que ayuden a reducir la desigualdad y retomar el camino de convergencia con las economías más avanzadas.
¿Qué modelo de mercado laboral funcionaría en España?
La especialización flexible del mercado laboral, permitiría la innovación o adaptación exitosa a las exigencias de los cambios.
Los cambios en esta nueva época están relacionados con el ascenso de la «economía» colaborativa, el impacto de la digitalización en el trabajo y la evolución tecnológica.
- En la llamada «economía colaborativa», existen nuevas vías de coordinación y de inclusión económica y financiera, y han emergido en sectores tradicionales como el alojamiento y el transporte (Airbnb, BlaBlaCar…).
- La digitalización supone una transformación disruptiva que genera un paradigma económico y laboral. La digitalización transforma los puestos de trabajo, potencia la externalización y las deslocalizaciones (tareas, procesos y empresas), e incrementa la polarización y la exclusión de trabajadores con falta de competencias para abordar este nuevo escenario laboral, en el que las principales esferas del cambio tecnológico son la robotización, las máquinas inteligentes, el Big Data, la nube, la geolocalización, las plataformas digitales y el internet de las cosas.
El modelo de flexiseguridad se ha definido como una estrategia de modernización del mercado de trabajo a través de dos vías convergentes: flexibilidad (tanto empresarial como laboral, para responder a las necesidades de ambos) y seguridad (para los trabajadores, que deben poder desarrollar su carrera, sus habilidades y recibir apoyo de los sistemas de seguridad social durante períodos de inactividad). Sin embargo, este modelo de flexiguridad ha de adaptarse con una combinación adecuada de instrumentos que respondan, en nuestro territorio, al debate entre diferentes sensibilidades sociales y políticas. Se busca la especialización flexible y no la flexibilidad precarizante.
En cualquier caso, lo que todas las transformaciones socioeconómicas ponen de manifiesto es un desplazamiento desde el modelo de política social institucional redistributiva hacia un modelo de política social basado en el logro personal / resultado laboral, que apunta a un modelo residual de política social del bienestar. En este sentido, depende de los actores económicos que la transición de un modelo a otro, en un marco de adaptación a la complejidad del entorno, se realice de modo sostenible, justo e inclusivo.
Que así sea 🙂